Muchos estudiantes, pocos maestros. El nuevo reto de las escuelas

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Muchos estudiantes, pocos maestros. El nuevo reto de las escuelas

En el mundo hay más de mil 500 millones de niños y jóvenes en edad de estudiar, según la UNESCO. A este número, habría que sumar a los estudiantes de educación superior y posgrados, pero también a quienes estudian diplomados, cursos virtuales, seminarios, talleres… Se trata de una demanda educativa inmensa, que crece año con año. 

Muchos estudiantes, pocos maestros. El nuevo reto de las escuelas

Tan solo los países miembros de la OCDE destinan el 11 por ciento de su gasto público a la educación y, según la recomendación de la ONU, para el año 2030 este gasto debe incrementarse hasta el 20 por ciento. 

Estos millones de estudiantes han detonado el crecimiento de una industria que, para el 2022, alcanzará un valor de 300 mil millones de dólares, tan solo en la oferta educativa digital. 

Sin embargo, el reto principal en la industria educativa va más allá del número de escuelas que se abran. Las instituciones deben contar también con el personal necesario, capacitado para cubrir las exigencias educativas de una generación como nunca se había visto. Y en este aspecto, muchos han advertido que una crisis podría estar por venir. 

Tan solo en Estados Unidos la brecha entre la demanda de maestros y la oferta se ha cuadruplicado. Un estudio del Learning Policy Institute estima que para el 2025 habría una carencia de más de 100 mil profesores en ese país.

En México, se estima que para el 2023 haya una escasez de más de 150 mil maestros. Para ese año, se estima que 160 mil se van a jubilar mientras que solo entre 8 y 9 mil nuevos maestros se van a graduar de alguna escuela normal, según un informe del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación.

Además, esta carencia profundiza otras desigualdades. Por ejemplo, en las zonas con más carencias económicas, la plantilla de maestros no solo es más pequeña, sino que en muchas ocasiones ellos mismos no poseen las habilidades necesarias que exige el modelo educativo. Se crea así, un círculo vicioso. 

Algo similar sucede en la educación superior. Existen cada vez menos profesores especializados para educar a un número creciente de alumnos a quienes el mercado laboral les exige conocimientos más específicos. 

Este fenómeno genera otras problemáticas. Por ejemplo, profundiza la brecha de edad entre los profesores en activo y los alumnos, lo que tiene un impacto en el proceso educativo y en las habilidades que exigen las nuevas generaciones de estudiantes. 

Muchos estudiantes, pocos maestros. El nuevo reto de las escuelas

No se trata de discriminar a los profesores de mayor edad, sino que los alumnos se ven privados de convivir con maestros de diversas generaciones. Estas interacción enriquece la enseñanza, ya que cada generación aporta una dimensión distinta a la experiencia educativa. Mientras que los maestros de mayor edad garantizan calidad en la enseñanza, las nuevas generaciones de profesores ofrecen innovaciones técnicas que ayudan a revitalizar el sistema educativo. 

Además, esta brecha genera otros problemas. Por ejemplo, más presión en las exigencias salariales, más inversión en formación y desarrollo profesional, factores que perjudican las finanzas de cualquier escuela. 

Aunque todos estos problemas tienen raíces sistémicas, hay medidas que las escuelas pueden tomar para enfrentar una demanda creciente pese a la escasez de recursos. 

Muchas escuelas no pueden aspirar a reformas que les permitan incluir superlaboratorios, tecnología de punta e innovaciones para la educación a distancia. Para ellas, la mejor solución es enfocarse en un método de enseñanza-aprendizaje que prioricen el trabajo en equipo entre los alumnos, más allá de la figura del maestro. 

Muchos estudiantes, pocos maestros. El nuevo reto de las escuelas

Se acabó la época en que el profesor impartía una educación horizontal. Este modelo es obsoleto ante el reto de la escasez de maestros y deriva en grupos con decenas de alumnos que pierden la atención frente a un profesor superado por las circunstancias. En cambio, un modelo colaborativo y horizontal en el que los alumnos trabajen en proyectos interdisciplinarios permite a un solo profesor desempeñarse como guía para cientos de alumnos. 

La escasez de maestros es un problema que debe enfrentarse, pero para las escuelas este reto puede convertirse en una oportunidad para evolucionar hasta un sistema que las nuevas generaciones de alumnos están exigiendo.

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