Tu hijo debe presentar un examen de biología. Ha estudiado mucho aunque aún tiene problemas para distinguir algunas de las partes de una célula. Cuando llega al salón, la maestra le pide sacar su tableta y abrir la aplicación de realidad aumentada. Con el dispositivo, tu hijo enfoca hacia el salón y literalmente navega entre el citoplasma, el núcleo, la membrana y otras estructuras.
Esta escena será común en los salones a medida que la tecnología avance, y no harán falta décadas para verlo. Se trata de algo que ya sucede en muchas aulas por todo el mundo.
La realidad aumentada es solo una de las herramientas que ayudarán a modificar el proceso de enseñanza-aprendizaje, con nuevos métodos y enfoques que lleven a los estudiantes a dominar habilidades únicas. Estas son otras tecnologías que se están abriendo camino en el salón de clases para adaptarse al modelo educativo.
Impresión 3d
En pocos años, las impresoras 3d pasaron de tener precios prohibitivos a ser accesibles incluso para el uso en el hogar. Esta herramienta puede ayudarle a los alumnos a diseñar prototipos que le permitan entender conceptos complejos, ajustar errores y resolver problemas de manera creativa en áreas como matemáticas, biología y geometría.
Realidad aumentada
Como pasa con casi todos los términos tecnológicos, la realidad aumentada tiene un nombre rimbombante que muchas veces sugiere costos estratosféricos. Sin embargo, el concepto es muy sencillo y puede realizarse con materiales al alcance de todos; así es como funcionan los tours virtuales. Por ejemplo, en 2013 un profesor de física de preparatoria hizo un viaje al Gran Colisionador de Hadrones, en Suiza, y transmitió todo a sus alumnos con unos Google Glass. Viajes similares se pueden transmitir ahora con un celular a salones en cualquier lugar del mundo.
Realidad virtual
Se puede llevar la experiencia un poco más lejos y crear escenarios de realidad virtual en los que los alumnos presencien momentos históricos, sitios remotos como el fondo del mar o eventos cósmicos. La realidad virtual ha crecido de la mano de la gamificación, por lo que tiene una base metodológica que integra elementos dinámicos a los contenidos educativos.
Contrario a lo que se cree, la tecnología de realidad virtual tampoco está fuera del alcance de una escuela. Empresas como Google están experimentando con lentes de cartón a precios económicos sostenidos por un software capaz de entregar las mejores escenas virtuales.
La nube
Ésta es quizá la tecnología más común, aunque aún no ha sido aprovechada por completo en los salones de clases. En las oficinas es común utilizar servicios de cómputo en la nube que permiten acceder a documentos en cualquier sitio. Además, permite el trabajo colaborativo. Los alumnos pueden olvidarse de cargar libros y libretas, con un solo dispositivo pueden revisar todos sus apuntes e incluso tener acceso al catálogo completo de la biblioteca escolar.
Gamificación
El aprendizaje basado en juegos es una de las nuevas fronteras de la educación, que sin embargo tiene antecedentes remotos. El juego es el primer método de aprendizaje de un niño; la gamificación aprovecha esa realidad y la conjunta con las tecnologías de un mundo hiperconectado, en el que los niños parecen tener una capacidad de atención muy corta.
Los videojuegos han sido calificados durante décadas como uno de los principales distractores para los niños; sin embargo, cada vez más escuelas los ven como un aliado.
Herramientas como KinectEDucation permiten a los estudiantes aprender el lenguaje de signos o a tocar algún instrumento. Aplicaciones como Duolingo y servicios como Knotion ofrecen todo un ecosistema de contenidos digitales en el que los alumnos aprenden a base de retos, igual que en un videojuego.
